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Problemas de sueño en los niños por sobreestimulación: causas y posibles soluciones
Los problemas de sueño en los niños no suelen ser un "problema de sueño" en sí, sino una señal de sobreestimulación. Si eres consciente de lo que tu hijo experimenta durante el día e incorporas activamente momentos de descanso, puedes prevenir muchos problemas de sueño. El descanso, la regularidad y un final del día con poca estimulación son la clave de un sueño reparador, para tu hijo y para ti.
Introducción
Un niño que no duerme, que no para de despertarse o que duerme inquieto: muchos padres lo reconocen. Una de las causas más comunes -y a menudo ignoradas- de los problemas de sueño en los niños es sobreestimulación. En este artículo, descubrirás qué es exactamente la sobreestimulación, por qué afecta al sueño y qué puedes hacer como padre para ayudar a tu hijo a desconectar mejor.
¿Qué es la sobreestimulación?
La sobreestimulación se produce cuando un niño recibe más estímulos de los que puede procesar. Esos estímulos pueden ser visuales (luz, movimiento), auditivos (sonido), emocionales o físicos. Durante el día, los niños entran constantemente en contacto con todo tipo de impresiones: la escuela, los sonidos, las conversaciones, las pantallas, los juguetes, las emociones... y toda esta información tiene que ser procesada en el cerebro.
En los niños pequeños -o con un sistema nervioso sensible- la capacidad de procesar todos estos estímulos es aún limitada. Si no hay suficientes momentos de descanso, esto puede provocar tensiones que sólo se manifiestan realmente... a la hora de acostarse.
¿Cómo afecta la sobreestimulación al sueño?
Cuando un niño está sobreexcitado, el cuerpo permanece en un estado, por así decirlo modo "on de pie. El sistema nervioso está alerta, la cabeza no para de rechinar y el cuerpo produce hormonas del estrés como el cortisol, lo que provoca una producción insuficiente de melatonina (la hormona del sueño). Resultado: dificultad para conciliar el sueño o sueño agitado.
Problemas de sueño típicos debidos a la sobreestimulación:
- Dificultad para conciliar el sueño (incluso cuando el niño parece "cansado").
- Despertares o llantos frecuentes por la noche
- Pesadillas o sueños inquietos
- Inquietud al girar o dar vueltas en la cama
- Despertarse temprano con señales de estrés (irritable, lloroso)
Causas de la sobreestimulación antes de dormir
1. Rutina diaria demasiado ocupada
Una jornada completa sin pausas de descanso garantiza que el cerebro no tenga oportunidad de descargarse entre medias.
2. Pantallas y estímulos digitales
Las tabletas, la televisión y los teléfonos inhiben la producción de melatonina y estimulan el cerebro hasta el último momento del día.
3. Juguetes ruidosos o brillantes por la noche
Jugar con juguetes luminosos o ruidosos en realidad activa el sistema nervioso en lugar de calmarlo.
4. Acontecimientos o tensiones emocionales
Una discusión, un cumpleaños ajetreado o un cambio en la estructura del día pueden provocar un aumento del estado de alerta.
5. No hay una transición clara al descanso
Si la transición entre la hora de jugar y la de acostarse es demasiado brusca, el niño carece de una relajación natural de los estímulos.
Soluciones: cómo ayudar a tu hijo a calmarse
1. Establezca una rutina nocturna regular
Una secuencia predecible de acciones (por ejemplo, asearse - bañarse - leer un libro - dormir) proporciona reconocimiento y seguridad. Los niños se relajan más rápidamente con la repetición.
2. Opta por actividades de descanso en la última hora
Colorear, hacer puzzles, leer en voz alta, construir en silencio o cantar en voz baja ayudan a calmar el sistema nervioso.
3. Sin pantallas al menos una hora antes de acostarse
Apaga las pantallas (tableta, televisor, teléfono) a más tardar una hora antes de dormir. La luz y el contenido mantienen activo el cerebro.
4. Proporcionar un dormitorio con pocos incentivos
Colores suaves, pocos juguetes, cortinas opacas y un ambiente tranquilo favorecen la relajación.
5. Utilice un baño caliente o un pediluvio
El calor ayuda a enfriar el cuerpo, literal y figuradamente. Si es necesario, añade una gota de aceite de lavanda (suave y relajante).
6. Leer juntos un cuento tranquilo
Leer en voz alta no sólo es sociable, sino que ayuda a los niños a cambiar a su "modo de descanso".
7. Ejercicios de respiración y relajación
Hagan juntos un juego de respiración: "infla el globo", "respira como un conejito", o utiliza aplicaciones de mindfulness para niños o ejercicios de escucha.
Cuándo se necesita ayuda profesional
Si los problemas de sueño se prolongan (más de 4 semanas), o si su hijo está muy cansado, irritable o retraído durante el día, puede ser una buena idea:
- a entrenador infantil, psicólogo o fisioterapeuta pediátrico consultable
- analizar las causas subyacentes, como alta sensibilidad, estrés, ansiedad o trastornos del desarrollo
Tenga en cuenta que este artículo es informativo y no sustituye el asesoramiento profesional de un médico o terapeuta curativo. Póngase en contacto con un profesional sanitario en caso de problemas graves o persistentes.
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