Los juegos de rol permiten a los niños dar rienda suelta a su imaginación y meterse de lleno en distintos papeles, desde médicos a superhéroes. Mientras juegan, aprenden imperceptiblemente a cooperar con los demás, a comprender las emociones y a encontrar soluciones a los problemas que surgen en su juego. En realidad, es una especie de entrenamiento oculto para la vida real, ¡pero divertido!