1. Silicona de grado alimentario. ¿Seguro? Comprobado. ¿A prueba de Sabbath? Totalmente.

Esta nave espacial está fabricada con silicona alimentaria de alta calidad. Tanto si su bebé tiende a metérselo todo en la boca como si es de los primeros en probar las texturas, este juguete es totalmente seguro y suave. Sin plastificantes, sin preocupaciones. A tu astronauta en ciernes le encantará, literal y figuradamente.

2. Estimula el desarrollo. ¡Adiós a los minutos aburridos!

A partir de los 6 meses, los bebés se convierten en exploradores en miniatura con una curiosidad infinita y unas manos todavía algo torpes. Este juguete lo hace todo: fomenta la coordinación mano-ojo, la motricidad fina Y la confianza en sí mismo. Dale a tu mini-ingeniero una nave espacial y observa cómo conquista el suelo como si estuviera en Cabo Cañaveral. 🌍

3. Calmante, Lindo, Indispensable.

Textura de silicona suave = tranquilidad en momentos de estrés (léase: salida de los dientes). Y el sistema de tirar y empujar proporciona entretenimiento sin parar. Tirar, empujar, rodar... este cacharro puede hacer de todo (excepto tal vez ordenarse a sí mismo, que sigue siendo tarea de papá o mamá...).

4. Compacto y fácil de llevar.

¿Sales de paseo con tu retoño molón? Esta nave espacial cabe sin esfuerzo en tu bolsa de pañales, porque las aventuras no se detienen en la puerta de casa. Tanto si vas a visitar a la abuela como si tienes una aventura cósmica en el supermercado, este juguete siempre está listo para la acción.